Todo sobre el dividendo de Yield
La rentabilidad también conocida como la Yield, se trata de una ratio en el mundo bursátil. Con la yield se calcula el rendimiento que recibe el accionista gracias a los dividendos obtenidos acorde a cómo cotiza la acción.
Es decir, se emplea para determinar el valor de las acciones de una compañía. El rendimiento que le produce al inversor una acción proviene de dos fuentes. Una son los dividendos obtenidos y otra la revalorización de la acción.
Es posible entender a la yield como un tipo de renta establece obtenida por el inversionista. Dado que las corporaciones tienden a conservar una política de dividendos relativamente estable entre sus ejercicios.
Aunado a ello, está el beneficio extra de la revalorización del precio del título. El cálculo de la yield es igual a los dividendos por acción entre la cotización de la acción.
El dividiendo de yield expresa en porcentajes la cifra entre los dividiendo por acción pagados en los últimos 12 meses y el valor del título. Cuando el accionista quiere analizar su rentabilidad debe complementarlo con el ratio de pay out.
El pay out representa el porcentaje del ingreso neto que la empresa reparte entre los accionistas como dividendo.
¿Cómo interpretarlo?
La finalidad de conocer los ratios es apoyarse en ellos para la toma de decisiones. En otras palabras, facilitan una comprensión de las fluctuaciones económicas para responder acorde a los cambios del mercado.
Dependiendo del perfil del inversor verá prudente o no la compra de acciones con superior o inferior yield. Así los accionistas conservadores, prefieres títulos con alto rendimiento, sin importar que su revalorización proyectada sea modesta.
Este perfil actúa a consciencia de que la ganancia será estable mediante la repartición de los dividiendo de yield. En cambio el inversor no conservador, invierte considerando las alzas de la cotización.
Estos accionistas dejan en segundo plano la repartición de dividendos. Por ende, sus inversiones tienen una rentabilidad menor.
Asimismo, la revalorización de la acción y el rendimiento se contraponen en la práctica. Un elevado yield expresa que la compañía distribuye un porcentaje alto del ingreso neto a manera de dividendo.
En consecuencia, se queda con una parte escasa del ingreso para invertirlo y continuar su expansión. En contraste, un yield menor indica que la empresa reparte pocos dividendos.
Así que contará con capital para las inversiones en novedosos proyectos. En este segundo escenario, la empresa tiene en alza su potencial de expansión.
¿Qué inconvenientes presenta la rentabilidad?
El cálculo de los dividendos de yield carece de datos concretos e importantes sobre las factibilidades de inversión en una acción. En cambio, es un indicio que sirve para perfeccionar otros datos extraídos de diversos ratios.
Por tanto, una rentabilidad alta no brinda seguridad sobre las proyecciones del mercado o la empresa. De igual forma, puede tomarse la cotización de cierre de ejercicio. Sin embargo, lo mejor será guiarse por el promedio de cotización del periodo en curso.
Por ejemplo, si una corporación repartió en el transcurso de su ejercicio dos dividendos, el precio del título es de 1.20€. Ello considerando que el primer pago representa 4 céntimos y el segundo 2 céntimos.
Esto arroja un dividendo de yield de 5%. Ciertos analistas se apoyan en los dividendos que se repartieron en el ejercicio previo. En cambio, otro grupo emplea el dividendo proyectado para el año venidero.
Allí radica la importancia de conocer los históricos para tener un panorama más completo. Poniendo como ejemplo a Telefónica que realiza pagos bianuales (en junio y diciembre).
En sus ejercicios más recientes cada pago comprende 0.20€, esto representa que su yield se ubica en 6%.