Cómo gané 2.000.000$ en La Bolsa De Valores – Reseña

Nicolás Darvas fue un famoso bailarín que obtuvo una ganancia de 8000 dólares de manera fortuita al adquirir algunas acciones de RILUND a consecuencia de un pago por un espectáculo. Esta fue la chispa que encendió las ganas de triunfar en el mercado de valores y le llevo al posterior éxito que se cuenta en el libro Cómo gané 2 millones de dólares en La Bolsa de Valores.
En el libro, se relata la trayectoria completa del autor. Cuenta sus errores, los nuevos descubrimientos que iba realizando y los momentos victoriosos. Hace uso de consejos útiles para cualquier inversor, se explican peculiaridades del mercado de forma sencilla y se plantean estrategias que cualquiera puede llegar a aplicar.
A pesar de que el libro es bastante antiguo, su contenido sigue siendo relevante en la actualidad. Poco a poco comienzas a entender la mecánica del mercado de valores, empapándote en la historia de Nicolás, con sus triunfos y sus fracasos. Una historia que te enseña, te guía y te genera ganas de querer seguir adelante e intentar conseguir todos tus objetivos.
NICOLAS DARVAS EL JUGADOR
Después de encontrarse con problemáticas en sus primeras inversiones, decidió volcarse hacia servicios de asesoría para obtener mejores consejos sobre cuales acciones debía comprar. Pero, esta estrategia no resultó apropiada, ya que los asesores se contradecían constantemente entre ellos. Esto lo llevo a perder el 50% de sus ganancias.
Sin embargo, este período fue crucial para impulsar su éxito. Se dio cuenta de que no tenía ninguna razón para fiarse de los servicios de asesoría respecto a una acción en específico. Entendió la importancia de analizar el mercado antes de realizar inversiones, y no operar a ciegas.
Por último, entendió que debía hacer cambios en su estrategia, para poder aprovechar al máximo los instrumentos financieros con los que contaba.
CUANDO EL TRADER SE BASA EN LOS FUDAMENTALES
Cuando llegó a la ciudad de Nueva York, el protagonista de este cuento esperaba obtener aún mayores ganancias que en el mercado canadiense. Incluso siguiendo los consejos de su corredor y de los asesores, no obtuvo los resultados que esperaba. Pronto se dio cuenta que para ser bueno en Wall Street, requiere más que seguir buenos consejos.
También intentó aprovechar los rumores que circulaban sobre el mercado, pensando que serían sabios consejos, sin embargo estos no tienen valor alguno. También probó con el mercado secundario, sin lograr mucho éxito. Finalmente, comprendió que su objetivo debe ser mantener una acción durante un periodo de tiempo prolongado y en base a esto construyó una estrategia.
LA TEORÍA DE LA CAJA DE DARVAS
Utilizando la teoría de la caja, ganó 2 millones de dólares en el mercado de la bolsa. Esta innovadora manera de invertir se basa sólo en el precio, detectando el punto más alto y el más bajo de una acción, intentando encasillarlo en una especie de caja que lo mantiene, con el objetivo de que el precio continúe moviéndose dentro de estos límites. Para que funcione, hay que mantenerse en constante movimiento buscando acciones que cumplan este requisito.
Sin embargo, también descubrió que el mercado no estaba exento de riesgos al mismo tiempo que lograba sus grandes ganancias. Descubrió que había una tasa de éxito del 50% aproximadamente y por esto decidió cubrirse de posibles pérdidas mediante una orden de stop-loss. Esta orden no sólo actuaba para limitar las pérdidas sino que también permitía vender cuando recibía algún beneficio.
Asimismo, se dio cuenta de la importancia de observar el mercado en su totalidad con la finalidad de analizar profundamente la rentabilidad de sus acciones y no vender demasiado pronto o demasiado tarde.
En su aventura de inversión, pronto consiguió una pequeña fortuna de medio millón de dólares, teniendo en cuenta contaba con una pequeña cantidad para invertir. Todo esto fue gracias a su ingeniosa forma de aplicar la teoría de la caja.
MUDARSE A NUEVA YORK FUE SU PEOR ERROR
Después de obtener el medio millón de dólares, decidió trasladarse a las crudas calles de Nueva York para expandir sus operaciones bursátiles. El deseo de ganar una cantidad mayor estaba en su corazón y había entenebrecido su juicio. Se dejó influenciar por la confianza excesiva, un detalle que nunca aporta nada bueno a la hora de invertir. Abandonar las emociones y centrarse en la estrategia es el camino correcto a seguir.
Se percató demasiado tarde lo equivocado que había sido. Al enroscarse en los rumores y predecir el precio de las acciones merced a la sabiduría colectiva, sus ahorros se vieron perjudicados. Supo que había llegado el momento de dejar de seguir la masa y apartarse de la gente, para no dejar que la euforia lo desbordase.
En base a esto, reestructuró toda su estrategia volviéndose leal a sus propias ideas y manteniendo la mente predispuesta, logró amasar 2.000.000$ en un periodo de tan sólo 18 meses.